El vino manchego: tradición y calidad
El vino manchego es un vino de alto nivel, fruto de la unión entre la tradición y la tecnología. Las variedades que reúnen los vinos manchegos son muy diversas, siendo posible obtener en La Mancha excelentes vinos, no solo de variedades autóctonas, sino también foráneas, que encuentran en las tierras manchegas el ambiente ideal para explotar todo su potencial. Castilla La Mancha es la región vitivinícola por excelencia, la tierra del mayor viñedo del mundo y los caldos castellano-manchegos se distinguen por su calidad excepcional.
Maridaje de vino manchego y queso manchego
Una buena forma de maridar el vino manchego es acompañarlo con el queso manchego, y es que, estos dos productos siempre han ido de la mano. El vino debe de sacar lo mejor del queso y viceversa. Sólo así conseguiremos que un buen vino maride con queso.
Según el estado de maduración del queso, el maridaje quedará mejor con un vino u otro. Un vino joven acompañará a un queso de corta curación, y un crianza entrará perfecto acompañado con unos taquitos del más curado de los manchegos. Un vino manchego perfecto para maridar con el queso manchego es el tinto, debido a que ayuda a realzar el sabor del queso, obteniendo una explosiva combinación de sabores que no dejará indiferente a nadie.
Otra buena opción para disfrutar del sabor de los vinos manchegos es tomarlo como tentempié antes de sentarnos a comer. En este caso, si se trata de un aperitivo ligero, como pueden ser unos muslitos de codorniz en escabeche, podríamos acompañarlas de un sabor más suave y frutal. En este contexto, el Vino blanco de Albacete “Altos de Santiago, El Tanino” podría ser todo un acierto.
No obstante, el vino manchego debido a su amplia versatilidad, puede tener diferentes aplicaciones. Todas ellas, atendiendo siempre a las preferencias de todos aquellos que se adentren a disfrutar del sabor único de los vinos de nuestra tierra.
¡Las posibilidades de maridaje son infinitas!. ¿Te atreves a probar?